La toma de protesta de Claudia Sheinbaum ha generado controversia debido a la invitación de personalidades de alto perfil con antecedentes cuestionables.
Controversia en la Toma de Protesta de Claudia Sheinbaum
La coordinación de las invitaciones, que incluyó a Vladímir Putin, se realizó por la Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Alicia Bárcena y Juan Ramón de la Fuente, y no por el equipo de transición de Sheinbaum.
La presencia de Putin destaca especialmente por su situación legal internacional. El presidente ruso enfrenta una orden de captura de la Corte Penal Internacional desde marzo de 2023, acusado de la deportación ilegal de niños ucranianos, un delito que se le imputa desde el inicio de la invasión a Ucrania en febrero de 2022. Esta orden está basada en el Estatuto de Roma, un tratado adoptado en 1998 en Roma y suscrito por México, que establece la Corte Penal Internacional.
Invitado incomodo
La decisión de invitar a Putin ha generado interrogantes sobre si Bárcena y De la Fuente estaban al tanto de las graves acusaciones contra él. Además, se ha planteado que la lista de invitados pudo haber incluido a otros líderes internacionales polémicos o conflictivos, como el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el ultraliberal Javier Milei, o el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Entre los invitados, también figuran líderes latinoamericanos con posturas polémicas, como el cubano Miguel Díaz-Canel, el nicaragüense Daniel Ortega y el venezolano Nicolás Maduro. Maduro, en particular, ha sido criticado por su manejo de la situación política en Venezuela, incluyendo acusaciones de represión y violaciones a los derechos humanos.
¿Y los buenos?
Por otro lado, se ha criticado la ausencia de ciertos líderes como la presidenta de Perú, Dina Boluarte. Esta omisión se interpreta como una falta de reconocimiento a su mandato legítimo, lo que se atribuye a la postura de AMLO que considera a Pedro Castillo como el verdadero presidente, a pesar de las acusaciones de corrupción y el intento de autogolpe de Estado.
La controversia sobre las invitaciones revela tensiones diplomáticas y políticas, evidenciando la complejidad de las relaciones internacionales y las decisiones protocolares en eventos de alto nivel.